VIC-20: Un par de juegos incrustados en la memoria

En este blog hablamos sobre todo del C64. Alguna vez hemos hablado de su sucesor, el C128, y también de un prototipo interesante, pero que no llegó a salir comercialmente, el C65.

El VIC-20 lo he citado pocas veces, aunque sí alguna. De hecho, toda esta historia comenzó hace 40 años con un VIC-20, como ya comenté en la Introducción de este blog.

Es curioso cómo funciona la memoria. Lo mismo no te acuerdas de qué has comido hoy, o de qué hiciste el fin de semana pasado, y, sin embargo, hay cosas que se te quedan incrustadas en la memoria. Especialmente algunas imágenes.

Una de esas imágenes incrustadas 40 años atrás era de un juego de tanques. Montañas, bosque, fondo anaranjado, … Y asociado a todo eso el rugido de un motor.

Este no me costó sacarlo. Para dar con él, me bastaron un par de búsquedas rápidas en Google (¿Google? ¿Qué era eso?) del tipo “juego tanques VIC20”: Tank Commander.

Me encantaba este juego. Sobre todo, porque no era frenético, como la mayoría de los shoot’em ups de aquella época, sino que requería su estrategia, meditar los siguientes pasos, tomártelo con calma agazapado detrás de una montaña.

Y luego hay otro que me ha costado la vida sacarlo. De verdad, como varios años. Sólo recordaba que había habitaciones, o pisos en un castillo, y bichos, muchos bichos. Este sí que era frenético. Había que ir recogiendo llaves u objetos, subiendo de nivel, cada vez más agobiante, etc. Anda que no habré buscado del derecho y del revés, y nada. Google, ChatGPT, … Nada, que no daba con él.

Pues este fin de semana he dado con él, ya no recuerdo buscando qué (¿no os decía que no me acuerdo del fin de semana? jajaja): The Tower of Evil.

Maravilloso juego de exploración y aventuras. Muy emocionante.

Ambos juegos son muy entretenidos. Os los recomiendo. No son los únicos que me gustan del VIC-20, pero sí de los que más.

Ya sabéis que VICE incorpora un emulador de VIC-20, así que es fácil descargarlos y disfrutar con ellos. Da igual que los gráficos no sea espectaculares; lo importante es lo divertidos que son.