Correría el año 1985. O quizás el 1987. No sé, no tengo forma de saberlo, ni tampoco importa.
Lo que sé es que los padres de mi primo J. le regalaron un VIC-20. Y luego mis padres me regalaron a mí un Commodore 64. Y con ese par de equipos empezaron las innumerables tardes de merienda y juegos. De juegos y de programación. En BASIC cosas medio serias. Y en ensamblador algún que otro pinito.
La verdad es que éramos muy jóvenes (unos 15 años) y sabíamos muy poco. Apenas sabíamos nada de electrónica ni de informática. Y en aquellos tiempos circulaba muy poca información. Algunos libros blancos y rojos de Data Becker, alguna revista (Commodore World, Commodore Magazine, …) y poco más. Total, nunca llegamos a dominar aquellas máquinas, pero siempre tuvimos muchísima curiosidad por aprender.
Es más, llegamos a “fundar” una empresa. Se llamaba “Home Vic Software” (HVSW). Tenía dos socios, nada de capital social, muchos proyectos, y ningún producto.
En aquellas tardes se forjó mi pasión por la informática, que luego ha sido mi profesión. Primero la carrera de Ingeniería, y luego 20 años de ejercicio en el sector de las TIC. Y todo se lo debo a J., su VIC-20 y mi Commodore 64. Bueno, y a mis padres que me lo compraron.
Pero luego pasaron los años, nos hicimos mayores, llegaron los PCs y los estudios, y le dimos carpetazo a todo aquello. Han pasado 30 años y casi nunca me había acordado. Pero hace unos meses empecé a recordar… Y luego a buscar en Google… ¡Caramba! ¡La de gente que sigue dedicándose a esto! ¡¡El Commodore 64 sigue vivo!!
Así que aquí estoy escribiendo este blog.
Después de casi 4 años leo esta entrada en tu blog y … ¡me identifico tanto con esta historia!. La mía me pilló más jovencito (con 8 años ya programa en BASIC) pero más o menos por la misma época.
Gracias por compartir todo esto.
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Muchas gracias, Ray. Esta historia, nuestra historia, es mucho más frecuente de lo que parece… ja, ja, ja…
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